miércoles, 20 de enero de 2021

EL BAILE DE LOS 41: EL ESCÁNDALO QUE SACUDIÓ AL PORFIRIATO

El año pasado, se estrenó la tan esperada cinta ‘’El Baile de los 41’’ con las actuaciones de Mabel Cadena (a quien vimos en la serie de Hernán), Alfonso Herrera y Emiliano Zurita. La cual nos muestra un escándalo que sacudió a una conservadora sociedad mexicana durante el Porfiriato.

Así que esta vez, para meterte más emoción te vamos a traer un chismecito histórico de la historia que se oculta detrás de esta cinta (si es que no lo conocías, quédate porque hay de todo)

Esta cinta nos cuenta un singular hecho, que ocurrió a las 3 de la madrugada un noviembre del año 1901 en la Ciudad de México cuando un policía se asomó por la ventana de la casa situada en el número 4 de la calle de la Paz (hoy día Ezequiel Montes, en la colonia Tabacalera), en lo que entonces eran los límites de la Ciudad de México y no pudo creer lo que veía dentro de aquel lugar.

De acuerdo a los testimonios, dentro del lugar había parejas bailando, sin embargo, se trataba de parejas formadas exclusivamente por hombres, los cuales, algunos, estaban vestidos de mujer e incluso maquillados, cosa que claro, no fue bien vista por los policías de aquella época y con la excusa de que se necesitaba permisos para celebrar reuniones con una gran cantidad de personas, tocaron la puerta varias veces y la redada dio comienzo.



De acuerdo a muchos diarios de la época, inmediatamente empezaron las carreras y los intentos de escapar. Muchos hombres que iban vestidos de mujer intentaron encontrar refugio en muchas de las habitaciones del lugar, sin éxito alguno.
Se dice que la policía detuvo a 41 personas, 19 de ellas vestidas de mujer. Los esposaron y se los llevaron a varios cuarteles cercanos bajo la acusación de ”ofensa a la moral y las buenas costumbres” y fue allí donde les aplicaron el primer castigo arbitrario: barrer la calle con las ropas de fiesta puestas, ya fueran prendas de hombre o mujer a todos por igual.
Sin embargo, acá empieza lo interesante y el chismecito histórico se pone bueno, el rumor generalizado es que en la fiesta no había 41, sino 42 personas, y esa persona era nada más y nada menos que Ignacio de la Torre y Mier, el yerno del presidente en aquel entonces Porfirio Díaz y esposo de Amada Díaz, misma que nos cuenta en un diario, los acostones que Emiliano Zapata se daba con su esposo (vaya, vaya).
Como otro dato más para agregar al chismecito, se dice que los presuntos organizadores de la fiesta habrían sido el yerno del entonces presidente Porfirio Díaz, Ignacio de la Torre y Mier (apodado como El Yerno de la Nación por su matrimonio con Amada Díaz) y Antonio Adalid, (apodado ‘’Toña la Mamonera’’, ahijado de Maximiliano I de México y Carlota de México). La fiesta incluía, entre otras cosas, la “Rifa del Pepito” o el efebo, es decir, un concurso donde el premio sería estar con un trabajador sexual.
Pero conozcamos un poco de este chisme.
Ignacio de la Torre, era hijo de uno de los más ricos hacendados de México, sin embargo, el típico heredero que no hacía nada y vivía de las rentas. Cuidaba las tierras de su padre e introducía en ellas los más modernos métodos de cultivo, motivo por el cual su finca, era la mejor y una de las más productivas del país.
Tenía una vida social muy activa y aunque a diario enfrentaba rumores de ‘’comportamientos inadecuados’’, eso no le quitaba el sueño, ya que a su corta edad era uno de los solteros más codiciados de México. Tenía posición social alta, dinero y encanto personal.



Y fue en 1887 cuando conoció a Amada Diaz, la hija favorita del presidente de la nación, Porfirio Diaz. En este año, la muchacha acababa de romper su compromiso matrimonial con el hijo de un general y ambos empezaron a frecuentarse, y tras un corto noviazgo se casaron el 16 de enero de 1888.
Y claro, fue la boda del año en México, pero no todo fue miel sobre hojuelas, ya que la convivencia entre estos dos tortolitos, nunca fue fácil, siempre se la vieron difícil. Los motivos eran los siguientes: Ignacio de la Torre no gustaba de hacer vida común con su esposa (de hecho, dormían separados) y gustaba de organizar fiestas de exclusivamente para hombres, argumentando que eran fiestas de disfraces.
Con todo este comportamiento, las sospechas y la gente criticando a Amada, los rumores de la homosexualidad del yerno del presidente crecían cada día. Solo se le veía con su esposa en actos protocolarios, e incluso pretextaba cualquier excusa para no acudir a las comidas cuando su suegro visitaba a su hija. De hecho, la afición favorita de Ignacio de la Torre y Mier, era organizar fiestas solo para hombres junto a su amigo íntimo Antonio Adalid (nada menos que un ahijado del antiguo emperador Maximiliano).
”HABIA SOLO 41”
Pero volvamos a lo que sucedió después de la fiesta. Se dice, que al día siguiente del escándalo se le presento a Porfirio Diaz la lista de los asistentes al baile. El presidente la leyó y pregunto ”¿Cuantos estaban en la fiesta?”. Cuando le respondieron que había 42 personas, tacho de la lista el nombre de su yerno y dijo cortante ”HABIA SOLO 41”.
A partir de ese momento se trató de acallar la participación de Ignacio de la Torre y Mier en todo el asunto, pero los rumores de que era uno de los asistentes cada vez eran mayores. De la Torre aseguró a su esposa que todo era mentira, pero Amada Diaz no le creyó, y estaba muy decepcionada de su esposo.


Se dice que posteriormente las relaciones entre yerno y suegro se hicieron más tensas. De hecho, ante los rumores de la homosexualidad de su yerno y para que la gente no siguiera hablando de Amada Díaz, estableció vigilancia a este, aun cuando salía de viaje al extranjero. Pero con todo y los rumores que se trataron de callar, muchos periódicos de la época se dieron un festín con la noticia y el rumor sobre la homosexualidad del yerno del presidente.
Así, la ”Gaceta Callejera”, una hoja suelta que se repartía de mano en mano, hizo una edición especial con el título ”Los 41 Maricones Encontrados en un baile de la calle de La Paz el 20 de noviembre de 1901”, que incluía un corrido satírico junto a una caricatura que representaba la fiesta. Asimismo, periódicos como El Popular, El Diario del Hogar, El Universal, La Patria o El Hijo del Ahuizote, empezaron a difundir todo tipo de burlas y sátiras sobre el asunto.
De hecho, todos los diarios hacían especial mención a que la mayoría de los detenidos eran jóvenes de familias de dinero y de buena posición (vaya, todo un episodio de Gossip Girl) y lamentablemente, muchos de ellos expresaban su rechazo homofóbico. Y bueno, algunos otros expresaban su descontento porque omitían nombres de personas reconocidas y castigaban socialmente a aquellos que no tenían los medios para defenderse o algo que ofrecer a cambio.
¿Qué consecuencias tuvo esto?
Desde los días posteriores a la redada, esta fue señalada por ilegal y arbitraria por muchas personas y medios de la época, ya que se argumentaba de que a pesar de que estos hombres habían faltado a la moral de aquellos tiempos, la manera en la que fueron detenidos a la fuerza fue una violación a los derechos humanos y sobre todo a los derechos civiles de los agraviados.
Se argumentó para el allanamiento que la fiesta no contaba con permiso para la realización de fiestas y reuniones privadas, pero las disposiciones de la época solo lo requerían para las celebraciones públicas, es decir, si querías hacer una fiesta privada con una grande cantidad de personas no había problema.
Incluso se hace mucho hincapié a que 19 detenidos, sin un proceso de juicio previo o sin derecho a abogado, partieron a las cinco y media de la mañana en trenes del ejército desde la estación Buenavista hacia Veracruz para realizar trabajos forzados en el Puerto de Progreso en Yucatán. Se desconoce su final, pero de acuerdo a muchos testimonios, no fue nada bueno.
La prensa de la época destacó (sobre todo el periódico ‘’El Hijo del Ahuizote’’ en su edición del 21 de noviembre) que los detenidos trasladados a Yucatán fueron invitados de la fiesta, pero pobres y sin dinero para corromper la justicia y salir libres.
Qué sucedió con Nachito?


Después de que Don Porfi, fuera derrocado, Ignacio se quedó en México y se dice que desde el primer instante mostró su descontento con el nuevo régimen, incluso se vio implicado en el asesinato del presidente en aquel entonces, motivo por el cual fue enviado a la prisión más infame del país, Lecumberri, lugar donde estuvo apresada también nuestra comadre Juan Gabriel.
Se dice que, finalmente, a principios de 1915, fue transferido a la custodia de Emiliano Zapata, que se lo llevó con su ejército. Allí, Zapata lo humillaba haciéndole servir a la tropa con ropas femeninas y entregándoselo a los soldados para que abusaran de él, incluso, el mismo lo violaba en varias ocasiones.
Ya en 1906, este lo sacó de su ejército y se lo llevó a su finca personal como caballerango (mozo que ensilla y cuida los caballos), donde los rumores de una posible relación, crecieron aún más. La mayoría de la población en México e incluso los historiadores rechazan que hubiera una relación entre Zapata y de la Torre, eso es un misterio de la historia mexicana que esos dos se llevaron muy bien a la tumba y que solo es un secreto, a voces.
Claro, aunque en el diario de Amada Díaz se nos dice lo contrario ya que puede leerse que los sorprendió ”revolcándose en un establo” sin prendas. Incluso también ella narra que los encontró con una soldadera mujer (una adelita), en una especie de trío. Versión que ha sido rechazada por muchas personas.
Ya fue en 1917, cuando se hizo una orden de arresto en su contra y este escapó a Puebla, donde disfrazado, abordó un vapor hacia Estados Unidos y se estableció en Nueva York. Posteriormente en 1918 fue internado en el hospital de Stern por una dolencia de hemorroides (aunque los rumores dicen que fue debido a que tenía el recto destrozado por las veces que Zapata abusaba de él) los médicos optaron por operar de inmediato las venas del esfínter, fracasando en el intento, Ignacio de la Torre y Mier murió el 1 de abril de 1918 en la mesa de operaciones. Su esposa Amada tuvo que vender todas sus propiedades para pagar las inmensas deudas que le heredó.
Tal vez, esa fue una consecuencia para los involucrados, pero no solo fue eso, la consecuencia más fea de todo este escándalo fue que desde entonces el número 41 se convirtió en un tabú en todo México ya que se le asociaba con la homosexualidad. De hecho, uno de los mayores insultos en aquellos tiempos de hecho, era decirle a un hombre que ”es de los 41”.
Dos curiosidades finales. Por un lado, las prisiones mexicanas tienen pabellones que no están numerados, sino que se les identifica con letras: ”A, B, C y entre otros”.
Generalmente los homosexuales eran encerrados en el pabellón J, y de ahí viene que en México (y en otros países sudamericanos) a los gays se les diga ”jotos”. Por otro lado, en el baile de los 41, Ignacio de la Torre trató de esconderse en un armario (o closet), pero un policía lo vio y le ordeno que saliera, cosa que hizo maquillado y vestido de mujer, dentro de la cultura mexicana se afirma que este episodio fue el origen de la frase, ”salir del armario”.

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