miércoles, 20 de enero de 2021

LO QUE DEBES SABER SOBRE EL HELENISMO, LA RELIGIÓN DE LA ANTIGUA GRECIA

El Helenismo es el nombre dado recientemente a la religión originaria de la Antigua Grecia, que adopta como sistema de culto el politeísmo, cuya principales deidades son Zeus (identificado como Dios supremo) y el resto de los dioses olímpicos. El sistema de teología politeísta es conocido como dodecateísmo: doce dioses.



Floreciente durante el período arcaico y clásico, y difundido en todo el ámbito mediterráneo, el helenismo no es una religón revelada, por lo cual sus escritos sagrados solamente lo son en función de su antigüedad y valor literario; pero no resultan normativos.

Entre las principales obras que reflejan el espíritu y las creencias del helenismo se encuentran los poemas de Homero y de Hesíodo, como ya testimonian Heródoto y Platón.

HESÍODO

La Teogonía (siglo VIII a. C. ) de Hesíodo explica el origen del Cosmos (una cosmogonía que parte del concepto de eternidad de la materia) de los dioses y de los seres humanos. El mismo autor, en LosTrabajos y los Días, un texto de tipo gnómico, menciona a las edades de la Humanidad y relata el mito de Pandora.

HOMERO

Los himnos de Homero, que glorifican a ciertos dioses y enumeran sus hechos, son un testimonio de la religiosidad helénica en los comienzos de la era Clásica. En los mitos que relata se manifiestan los atributos y las acciones de los dioses y las diosas; los filósofos posteriores construyeron a partir de ellos sus diferentes teologías. Las dos obras más conocidas de Homero son, sin dudas, la Ilíada y la Odisea. Allí dioses y humanos interactúan en el contexto de la guerra y la navegación, y se enuncian los valores supremos de la cultura y la religión helénicas; la moderación, la hospitalidad y la excelencia.

EXÉGETAS

Los sofistas y filósofos posteriores se consideran parte de la literatura religiosa helénica, si bien siempre considerando que no se trata de obras que deban ser aceptadas al pie de la letra.

Pitágoras, Sócrates, cuya enseñanza fue oral, Platón y sus sucesores de la Academia, Plotino y Jámblico pueden ser considerados intérpretes de la religión helénica. Todos ellos interpretan las obras de Hesíodo y Homero, como también el amplio corpus de la mitologa griega, para sacar conclusiones sobre el Cosmos y los dioses, pero sobre todo acerca de la manera de vivir de los humanos. En un registro más cercano a la teurgia se pueden mencionar a Apolonio de Tiana y al anónimo autor escondido bajo el apelativo de Hermes Trismegisto.

MISTERIOS

Además de los textos escritos, la religión helénica se basaba en prácticas de culto y enseñanzas orales. De ellas las principales, que combinan ambos aspectos, son los llamados misterios: ritos secretos y reservados a unos pocos en los cuales se podia entrar en contacto directo con el mundo divino. Los misterios eleusinos, los de Samotracia y los rituales órficos son los más conocidos; si bien su secreto se ha perdido. Los helenistas actuales, en base al estudio de los escritos antiguos, la religión comparada y, según algunos, la tradición oral, intentan recuperarlos como elemento central de su religión.

HISTORIA

Los orígenes de esta religión pueden remontarse al período neolítico, 6000 a. C.​, época en que los antiguos moradores ya rendían culto a deidades que pueden ser consideradas el origen de las olímpicas, aunque algunos historiadores prefieren situar el comienzo de la veneración de estos dioses a partir de las civilizaciones minoica y micénica (era del bronce), en torno al año 3500 a. C.,​ y se constituyó en una de las marcas de identidad entre todos los griegos junto con la lengua, las instituciones, las ciencias y las artes.

ÉPOCA ARCAICA Y CLÁSICA

La religión, concepto inexistente en esos tiempos de la Antigua Grecia, se estructuró durante la Época Arcaica (siglos VIII- VI a. C.) en torno a una organización política particular: la polis. Se trata pues de una serie de rituales y prácticas eminentemente públicas y sociales. Junto a esta “religión oficial”, existían los cultos y creencias particulares, las sectas y las variantes locales, a veces sincréticas.

No obstante, los caracteres esenciales de la religión griega arcaica y clásica eran comunes: politeísmo, con dioses antropomórficos provistos de atributos y poderes específicos, con espacios propios de intervención. El griego concebía al Cosmos como un espacio habitado por lo divino, innumerables dioses y semidioses que poblaban el mundo. De estos, sin embargo, los doce olímpicos, eran los más importantes y poderosos. Cada dios o diosa podía ser invocado bajo diversos aspectos en función del lugar, del culto y de la función que cumplía, representados en los epítetos cultuales (epíclesis) que señalaban su naturaleza y ámbito de intervención; por ejemplo, Zeus Kéraunos (tonante), Polieo (guardián del orden político, de la polis), Horkios (garante de los juramentos y de los pactos), Ktésios (protector de la propiedad), Herkeios (guardián del cercado, del redil), Xenios (protector de los huéspedes y de los extranjeros).

En la sociedad griega, como en sus contemporáneas, la religión estaba presente en forma de ritos y prácticas en la vida familiar, pública, artística y social; no existía una clara diferencia entre lo “laico” y lo “religioso”, aunque sí entre sagrado y profano. No obstante, las ceremonias de la vida familiar, social y política presentaban casi siempre un aspecto religioso.

PROHIBICIÓN

El culto de la práctica de las deidades olímpicas terminó formalmente por orden del emperador romano Teodosio, en el siglo IV de nuestra era, al promulgarse el Edicto de Tesalónica el 27 de febrero de 380 d. C., tras la ocupación del cristianismo al poder de Roma. Por esta ley imperial se prohibían todas las religiones étnicas, bajo pena de muerte; las llamadas por ellos paganas, y se establecía al cristianismo como única y obligada religión en toda la extensión del imperio romano. Todos los templos y monumentos griegos fueron destruidos o sepultados por este edicto, y con ellos se perdió también gran parte del material de las escrituras religiosas. Muchos de ellos hoy se siguen desenterrando y reconstruyendo.

DIÁSPORA

El medio interreligioso Patheos habla de una diáspora helénica, que sufrió Grecia a partir de ese año (380 d. C.), tras la prohibición del culto a los dioses olímpicos, y la posterior persecución en manos de los emperadores romanos (que ya no eran politeístas, sino cristianos), como ocurriera también con los judíos.

Si bien es cierto que el Helenismo como religión había desaparecido, no así sus fieles, que por siglos siguieron cultivándose a oscuras de la mirada del poder de Roma y del cristianismo. Entre ellos se encuentran los padres del Renacimiento, Pletón, neoplatónico, y Jorge de Trebisonda, neoaristotélico.

Esta prohibición del helenismo rigió en el territorio griego por casi 1700 años, hasta el siglo XXI. Unos años antes, a finales del siglo XX resurgió como movimiento religioso, centrándose en las creencias y prácticas de la Grecia Antigua, así como en la recuperación de sus tradiciones, virtudes y valores.

En 2017 fue reconocida oficialmente por el estado griego como religión, por lo que se dejó de aplicarle el rótulo de paganismo.

POLITEÍSMO

La religión de la Grecia Clásica era politeísta y fue practicada en el área del Mar Egeo. Es la continuación de las tradiciones de la Edad de Bronce Final, el Periodo Micénico y el Arcaico. Desde el siglo IV a.C., evolucionó como una religión helénica dominada por la tradición de los cultos mistéricos y cultos órficos.

El culto de los antiguos helenos se extendió por la Península Griega, es decir, por todo el mar Egeo, las islas y costas de Jonia en Asia Menor (hoy Turquía), por Magna Grecia (sur de Italia, especialmente Sicilia) y las colonias en el Mediterráneo Oriental, norte de África, costas de España y Francia, la península balcánica, hasta el mar Negro en Asia, donde floreció este culto hasta Crimea. Durante el período helenístico, siglo IV a.C. el culto se extendió espontáneamente sin imponerse de manera forzada, hacia los territorios conquistados por Alejandro Magno, en Egipto (donde se fusionaron las divinidades greco-egipcias, dando lugar al “alexandrismo”), Persia, Asia central, hasta India, donde se sincretizaron también sus deidades con las griegas, allí se hallaron restos arquelógicos que fusionan al dios Apolo con Buda. Si bien algunas prácticas religiosas variaban de un lugar a otro, los pueblos comprendían las similitudes entre sus deidades y los dioses olímpicos. Para la mentalidad de los griegos los cultos religiosos eran algo que se podían expresar de manera libre, lo profano era prohibirlo o imponerlo.

TEOLOGÍA/MITOLOGÍA

La teología y la mitología formaron siempre parte integrada al arte, la filosofía, la literatura y la arquitectura, en la que sus prácticas contenían relatos, imágenes y descripciones de dioses y héroes griegos. La Teogonía, de Hesíodo, nos ofrece el mito de la creación y una amplia genealogía de los dioses griegos. ​

Hesíodo transcribió que la batalla final contra los titanes fue ganada por los dioses Olímpicos, y se hizo una división de los órdenes de la Tierra en tres reinos. Lo que se conoce como trinidad: A Zeus (considerado Dios supremo), le correspondió el Cielo, y a sus hermanos, Poseidón el Mar, y a Hades el Inframundo. De ellos se desprende la genealogía total de los restantes dioses, que son considerados sus hijos, y llamados theos, todos de distinta descendencia materna.

ADORACIÓN

El acto público de adoración más extendido en la Antigua Grecia era el sacrificio, tanto de semillas como de sangre de animales sacrificados. Los seguidores de varios dioses sacrificaban animales específicos para el dios o diosa que estaba siendo adorado. Los sacrificios tenían múltiples funciones: efectuar un sacrificio como punto culminante de un festival religioso y público, antes de una tarea importante para conseguir la atención de los dioses o como parte de un rito de paso.

Los templos de la religión helénica generalmente no eran locales de asamblea pública donde el pueblo se encontraba socialmente para rezar colectivamente dentro de las paredes. La mayoría de los templos tenían solamente una imagen de culto y un almacén de ofrendas votivas que podía llegar a una cuantía equivalente a un tesoro.

Las ofrendas votivas eran ofrecidas a los dioses por sus adoradores. En la mayoría de los casos se daban en agradecimiento por los beneficios concedidos por los dioses, en anticipación de los favores divinos futuros o para recibir consejos de los oráculos del dios o la diosa. También se hacían ofrendas para pedir perdón a los dioses por los crímenes de sangre, impiedad o violación de las costumbres religiosas. Las ofrendas se mantenían durante un tiempo en el santuario y después se retiraban ritualmente.

Los politeístas helénicos adoran a los antiguos dioses, incluidos los Olímpicos, divinidades de la naturaleza, dioses del submundo y héroes. Tanto antepasados físicos como espirituales son adorados. Es una religión votiva o devocional basada en el cambio de ofrendas con el fin de obtener la bendición de los dioses. Las convicciones éticas del politeísmo helénico moderno están muchas veces inspiradas en las virtudes del antiguo griego, tales como la reciprocidad, la hospitalidad y la moderación.

No existe ninguna institución religiosa o “iglesia” central organizada, aunque los fieles ofrecen entrenamiento en ese ámbito. Los que practican la religión en solitario suelen aprender sobre la religión y los dioses a través de fuentes primarias o secundarias sobre la antigua religión griega y de la experiencia personal con los dioses. El principal valor del Helenismo es la ‘eusebeia (piedad), que implica un compromiso en relación a la adoración de los dioses helénicos y práctica de las creencias religiosas. Otros valores importantes son la hospitalidad, el autocontrol y la moderación.

El sacrificio religioso no implica sacrificios humanos, mas sino el propio sacrificio personal, y puede ser un componente de una ceremonia breve o extensa. Las ceremonias son las garantes de la cohesión social, permitiendo acercar los grupos de una misma comunidad, a varias escalas (familia, fratría, tribu, demo, polis).

Entre las ceremonias más importantes de los griegos estaban los misterios de Eleusis. Dos veces al año, con ocasión de los pequeños misterios y de los grandes misterios, se rendía culto a Deméter, diosa de la agricultura y de las mieses. Las procesiones y el sacrificio de cerdas precedían a los rituales rigurosamente secretos en el telesterion, donde los iniciados (mista) adquirían el conocimiento de las revelaciones y obtenían la garantía de una vida tras la muerte. Según la tradición, los sacerdotes Celeos y Triptólemo habrían implantado este culto a petición de la diosa. La fuente más documentada sobre estas celebraciones se halla en el Himno homérico a Deméter.

Otro santuario de misterios importante era el de los grandes dioses en Samotracia.

El helenismo es un movimiento cultural que resurgió en la era posmoderna, activo en Grecia y en otras zonas del mundo, particularmente en Europa (España, Italia y Francia) y América (Estados Unidos, México, Brasil y Argentina). El fenómeno helénico presenta recuperaciones muy variadas, en particular antropológicas, sociológicas y religiosas. que lleva consigo determinadas ideas sociológicas y antropológicas que cubren varios campos de la visión humana del mundo, de la valorización de la figura femenina en la sociedad y una idea de política muy similar a la de la Grecia antigua, aunque con una participación mas igualitaria que por ejemplo en Atenas.

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