La palabra Géminis viene del latín "gemini" (gemelos), plural de "geminus" (gemelo). Es el nombre de la tercera constelación del zodiaco.
El mito de la leyenda griega nos cuenta que la reina Leda estaba casada con el rey de Esparta, el rey Tindáreo. Leda era una hermosa mujer que captó la atención de Zeus y, como sabemos, el dios del Olimpo era un gigoló con muchos desenfrenos sexuales que quería seducir a cuanta mujer podía.
Una noche, mientras Leda paseaba por el borde de un lago, Zeus bajó del Olimpo y se transformó en un bello cisne. Leda quedó prendada del animal y se puso a jugar con él, pero fue cuando Zeus la sorprende y la posee. Se dice que Zeus tuvo con Leda tan sólo media noche de amor, porque Leda estuvo con su esposo durante la otra mitad de la noche.
Leda regresó con su marido el rey y también tuvo relaciones, por lo que quedó embarazada de los dos. De esas uniones, nacieron cuatro hijos, pero curiosamente fueron dos hijos mortales (Cástor y Clitemnestra) y dos hijos inmortales, por ser de Zeus (Pólux y Helena).
En este mito como verás hay dos pares de gemelos, uno masculino y uno femenino. La mitad de cada par es mortal y la otra mitad es inmortal. Y la chica Helena de quien hablamos más tarde será conocida como la legendaria Helena de Troya.
Al nacer los cuatro bebés, el rey Tindáreo se enteró de la osadía del dios Zeus, y por supuesto, se enojó terriblemente por lo que le hizo a su mujer. Pero su ira se calmó cuando supo que Cástor y Clitemnestra eran hijos de él y los otros dos, Pólux y Helena, de Zeus.
Aunque los gemelos eran diametralmente distintos y opuestos, los unía sin embargo un profundo amor y permanecieron el uno junto al otro todo el tiempo, haciéndolo todo siempre juntos. Cástor y Pólux forman un vínculo inseparable y se les conoció como los "Dioscuros", que significa: 'los hijos de Zeus'.
Cástor era famoso como soldado y domador de caballos mientras que Pólux era un boxeador y guerrero excelente. O sea, uno más tranquilo y el otro más peleonero. Pero ambos eran fuertes, atrevidos, audaces, y pronto fueron el orgullo de toda Esparta gracias a sus hazañas y aventuras.
Los gemelos participaron en casi todas las grandes aventuras de su época. Entre ellas formaron parte de la tripulación de los Argonautas que Jasón juntó para que ayudaran a recuperar el mítico Vellocino de Oro.
No obstante, la tragedia llegó en otra misión. Los gemelos viajaron al país gobernado por Idas y Linceo, otro par de gemelos notables. Idas, en la pelea, asesinó a Cástor con una lanza, a lo que Pólux respondió matando a Linceo. Zeus por su parte intervino furioso y mató a Idas por haber asesinado a Cástor.
La pena de Pólux por la muerte de su hermano era tan grande que imploró a su padre Zeus que le devolviera la vida o él mismo rechazaba su inmortalidad si no podía compartirla con su hermano Cástor.
Zeus, conmovido, decidió colocarlos juntos en el cielo, formando la constelación de Géminis. También se le concedió a Pólux compartir su inmortalidad con Cástor de una manera muy particular.
Durante la primera mitad del año ambos descenderían al Hades, entre los muertos, y durante la segunda mitad regresarían a la vida, formando parte del firmamento, del Olimpo celestial, y así estarán toda la eternidad.
Los gemelos simbolizan de esta manera una experiencia cíclica de opuestos, ya que cuando son mortales, deben probar la muerte y la oscuridad, pero cuando son divinos, obtienen la luz y los placeres de los dioses. Esta es la dualidad nativa del signo Géminis: luz y oscuridad, material y espiritual.
Es por esta leyenda que se exalta la dualidad de Géminis, que estará en conflicto constante con su opuesto. Deben librar la batalla interna ya que la personalidad total depende de ambos lados de la moneda: sin un aspecto, el otro no puede existir, se siente incompleto.
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