jueves, 28 de enero de 2021

REA SILVIA, LA MADRE

Un mito poco conocido dentro de la mitología romana e incluso griega es el de Rea Silvia a quien el mundo latino y griego considera una protectora y una de las señoras más importantes que ha tenido la humanidad, pues fue la madre de uno de los imperios más grandes que ha visto la humanidad, el Imperio Romano.


Rea Silvia, reina y señora de este post, puede ser conocida por muchos, pero no por todos. Y la verdad es que hay que saber quién fue, porque si Isabel la Católica fue, probablemente, la señora más importante que ha tenido el mundo hispánico, Rea Silvia es a buen seguro una de las señoras más importantes que ha tenido la humanidad, y sin embargo, tampoco es que hiciera mucho por ello, pero de eso hablaremos más adelante.

¿Por qué la señora más importante de la humanidad? Porque dio a luz a Rómulo y Remo. ¿Y por qué no Luperca? ¿O Aca Larentia? Vamos a tratar de no liarnos y a ir por partes.

Rea Silvia era la hija de Numitor, rey de Alba Longa. Alba Longa era una ciudad del Lacio italiano fundada por Ascanio, que era hijo de Eneas. ¿Y quién era Eneas? Eneas es el servil mozo que vemos en la película Troya, ayudando a un anciano, que es su padre (¡que se acostó con Afrodita!), cuando Paris le da la espada de Troya y le dice que “sal corriendo querido que vienen los aqueos” y, en definitiva, que salvara a la estirpe troyana.

Eneas, después de muchas idas y venidas, no sólo salva la estirpe, sino que la lleva al Lacio y pone la primera piedra de los que serán los romanos, porque Rómulo y Remo fueron descendientes suyos. Tuvo tanta importancia el asunto que muchas familias señeras romanas quisieron arrimarse de un modo u otro a este mitológico linaje.

Pues ahí está presentada Rea Silvia, hija de Numitor, nieta de Ascanio, bisnieta de Eneas, heredera de Troya y su grandeza, aunque le quedara ya un poco lejos. El caso es que la vida era buena para Rea Silvia hasta que un día Amulio, hermano de Numitor, lo destronó y asesinó a sus hijos varones, y además obligó a nuestra protagonista a vestir los hábitos de sacerdotisa de Vestal, permaneciendo virgen durante 30 años. Una estrategia maestra para mantenerse sin problemas en el poder.

Así la pobre Rea Silvia se vio obligada a llevar una vida que no eligió para sí misma, alejada de los varones y la grata vida de la familia real. Pero todo cambió cuando ni más ni menos que el dios Marte se quedó prendado de ella y, en un arranque típico de soldado pensó “esta cae” y podemos ver en la cuarta imagen de está publicación cómo le lanza una mirada de “chica, te ha tocado”, a la que Rea Silvia le responde con una mirada de «al menos es un dios».

De modo que Marte se la llevó al bosque y según se cuenta copuló con ella. Y Marte, como buen dios, siempre certeros en sus actos sexuales, la dejó preñada, de gemelos.

Ya nacidos Rómulo y Remo, Amulio se enteró. A buenas horas, por cierto. Y mandó enterrar viva a Rea Silvia y matar a los gemelos. Pero esta misión le fue encargada a un siervo que no tenía valor para matar a dos recién nacidos y, en lugar de matarlos, sólo los abandonó en las orillas del Tíber. Fue el propio río quien se encargó de llevarlos hacia la loba Luperca, o a Aca Larentia, según cuenta Tito Livio, una prostituta a las que era frecuente llamar lobas. Y ya sabemos que después de muchas idas y venidas, cuando los gemelos ya estaban creciditos, fundaron Roma.

¿Pero qué fue de Rea Silvia? Pues el generosísimo Tíber no sólo envió a los gemelos a su glorioso destino, sino que además rescató a su madre y se casó con ella. De sacerdotisa virgen y apartada del poder a tomada por Marte y esposa del dios del Tíber.

¿Y por qué fue una de las señoras más importantes de la humanidad? ¿Y no lo fue más Aca Larentia? Pues porque dio a luz, de forma un poco turbulenta, a los fundadores de Roma, por eso los romanos se consideraban hijos de Marte.

En conclusión, podemos decir que Rea Silvia es la madre. No sólo de dos gemelos. Representa a la madre de una civilización, de un imperio, de un mundo, el nuestro, el latino. ¿No te estás olvidando de los griegos? Sí, pero a fin de cuentas, también venían de Troya con lo que, en el fondo, también somos hijos de nuestros queridísimos helenos.

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