El modo en el que nos despedimos de los difuntos dice mucho de nuestra sociedad y cultura. Y en el caso del funeral vikingo podemos encontrar simbolismos religiosos muy interesantes, manifestaciones de los estatus sociales, reflejos de usos y costumbres, etc. Y las sagas nórdicas, las crónicas y los restos arqueológicos nos explican cómo eran las prácticas funerarias de los escandinavos en la Edad Media.
Los antiguos nórdicos tenían dos maneras de celebrar un funeral y lo hacían ya sea, incinerando a sus muertos o enterrándolos. La elección de uno y otro método dependía de las costumbres de cada región (en Dinamarca, por ejemplo, era más común la inuhumación). Pero, la expansión del cristianismo contribuyó a hacer cada vez más común el enterramiento, de manera que hacia el final de la Era Vikinga este era el método predominante para enterrar a un difunto.
Por otra parte, el estatus y el poder adquisitivo del difunto también eran una cuestión determinante a la hora de preparar la ceremonia. A continuación, te voy a explicar con un poco más de detalle los tipos de funeral vikingo que existieron.
Incineración
La imagen que a todos nos viene a la mente al hablar de un funeral vikingo es la de un barco en llamas. Sin embargo, esta práctica funeraria sólo estaba al alcance de muy pocos. Al fin y al cabo, un barco era un bien muy valioso y también un símbolo de riqueza. Los jefes vikingos y los más pudientes podían permitirse el lujo de ser incinerados en una de sus embarcaciones. Y hasta con esclavos.
El barco podía ser quemado en tierra a modo de pira mediante una antorcha o también lo que se hacía era empujarlo mar adentro y prenderlo con flechas incendiarias. De esta última forma, navegaba a la deriva mientras era consumido por las llamas.
Para esto, el cuerpo del difunto se colocaba en la cubierta del barco, rodeado de su ajuar funerario así como de las ofrendas y sacrificios realizados por sus allegados. La embarcación se embadurnaba de aceite u otro material incendiario para facilitar la cremación.
Por otra parte, los vikingos menos pudientes eran cremados en piras funerarias. Las cenizas se podían dispersar o enterrar, señalizándose el lugar con un montículo o con una piedra conmemorativa.
Resulta interesante un testimonio de un rus o mejor conocido como, vikingo del este recogido por el cronista árabe Ahmad ibn Fadlan:
''Vosotros los árabes estáis locos. Ponéis a los hombres que más queréis y a los más nobles entre vosotros bajo tierra, y la tierra y los gusanos y los insectos se los comen. Pero nosotros los quemamos en un instante, de manera que sin demora entran en el paraíso''
Enterramiento
La inhumación es la otra tipología de funeral vikingo que conocemos. Y, de hecho, los enterramientos han sido una gran fuente de información para arqueólogos e historiadores por la mejor conservación de los restos.
Los nórdicos más acaudalados eran enterrados en barcos funerarios, unas embarcaciones a las que se les retiraba el mástil, los mascarones y otras partes prominentes para que no sobresalieran. En ocasiones estos barcos se construían a propósito, mientras que en otras se trataba de barcos reales que pertenecían al difunto. Para que el barco estuviera bien acomodado entre la tierra, se excavaba un hoyo lo suficientemente grande para poder enterrar el navío, en cuya cubierta se colocaba el cuerpo rodeado del ajuar funerario al estilo de los barcos incinerados. A continuación se cubría todo con piedras y se echaba tierra por encima, en ocasiones formando un montículo.
Cabe decir que en los territorios bajo influencia vikinga se han encontrado numeros túmulos en honor de reyes y jefes nórdicos. Además, los difuntos eran honrados mediante monumentos funerarios como son muchas piedras rúnicas. Algunos cementerios vikingos de túmulos son los de Borre (Noruega), Jelling y Lindholm Høje (Dinamarca). Cabe decir que muchos alcanzan los 45 metros de diámetro y los 6 metros de altura.
Pero, también existía la opción de los llamados barcos de piedra, que son una disposición de rocas simulando el contorno de un barco en torno al lugar donde se cavaba la tumba.
Como se ha podido observar en las sepulturas encontradas, los nórdicos libres eran enterrados con posesiones importantes. Por ejemplo, los cuerpos de los guerreros se enterraban con sus armas, a los artesanos con sus herramientas y a las mujeres con joyas u objetos domésticos.
Por otro lado, el entierro de los thralls o esclavos de los vikingos eran mucho más modestos. Para esto se excavaba en la tierra un agujero lo suficientemente grande en donde el difunto estuviera bien colocado. Cabe decir que a pesar de ser esclavos, su entierro era digno ya que se hacía de esta manera para que el alma del difunto, no volviera de la muerte para perturbar a sus amos.
Pero, cuando un vikingo importante moría, algunas veces, los esclavos eran sacrificados para servir a sus dueños en la otra vida, y por ellos sus esqueletos se han encontrado en las sepulturas vikingas más importantes.
¿Cómo era el ritual fúnebre de los vikingos?
Los antiguos escandinavos creían en una vida después de la muerte, y además eran un pueblo particularmente supersticioso. Por ese motivo, el funeral vikingo debía celebrarse correctamente para que el muerto mantuviera el estatus que había alcanzado en vida y encontrar el camino al más allá. Una ceremonia mal ejecutada podía provocar, según las creencias de la época, que el difunto se convirtiera en un alma condenada a vagar eternamente.
Presente en numerosas tumbas y piedras conmemorativas, el barco era un símbolo del viaje a la otra vida. Algunos expertos sostienen que los caballos sacrificados y depositados en barcos funerarios cumplían esta misma función de medio de transporte.
Y para asegurar un buen viaje, los vikingos acostumbraban a dejar presentes junto al cadáver, incluso si éste era quemado. El número y el valor de estas ofrendas dependía de la posición social del difunto. Por ejemplo, para los líderes más destacados se podía proceder al sacrificio de esclavos. Entre los ajuares funerarios se han encontrado podemos contar objetos tales como armas, joyas, herramientas, carros, trineos, botes, comida y bebida. También cuerpos de caballos, perros, vacas y otros animales.
Para celebrar un funeral vikingo se sacrificaban animales con los que se ofrecía un banquete. Durante el séptimo día después de la muerte del difunto tenía lugar el sjaund. Esta celebración conllevaba libaciones de una cerveza funeraria. Únicamente después de este rito los herederos del finado podían reclamar su parte de la herencia.
El funeral vikingo presenciado por Ibn Fadlan
Diversas crónicas árabes nos hablan de los funerales de los rus o vikingos del este, en los que se sacrificaba a esclavas para acompañar a sus amos. Por ejemplo, Al-Istajri un cronista árabe, nos dice:
''Los rus son una gente que quema a sus muertos. Las esclavas jóvenes son quemadas con los ricos por su propia voluntad''.
Ibn Fadlan, por su parte, ofrece un impactante relato sobre el funeral de un gran hombre de la siguiente manera:
''Dejaron su cuerpo en una tumba temporal durante diez días, período en el que le tejieron un traje. Al terminar esta vestimenta, desenterraron el cuerpo y lo vistieron, y una esclava se ofreció voluntaria para ser sacrificada. Los hombres allegados al muerto tuvieron sexo con la muchacha, y al terminar le indicaban. Dile a tu amo que esto sólo lo he hecho por amor a él.
El cadáver del dueño se colocó en una tienda sobre la cubierta de un barco, emplazado sobre una pira de madera. Se depositó comida y bebida, así como los cadáveres de animales sacrificados (un perro, dos caballos, un gallo y una gallina). Entonces los hombres condujeron a la esclava hacia una especie de marco de puerta que habían construido. La levantaron tres veces por los pies sobre sus palmas, de manera que pudiera ver por encima del marco. A cada vez, la joven contaba lo que veía: la primera vez, a sus padres; la segunda, a todos sus parientes; la tercera, a su amo en el paraíso, rodeado de gente joven e indicándole que fuera con él.
Fue entonces cuando los hombres llevaban a la esclava al barco, donde se despojaba de los brazaletes y los anillos que vestía y se los entregaba a una anciana a la que llamaban «Ángel de la Muerte». Esta mujer («una bruja siniestra y de cuerpo grueso») colocaba el ajuar funerario y sería la encargada de matar a la joven. Le dieron de beber bebidas alcohólicas a la esclava, que después entró en la tienda. Mientras los asistentes hacían ruido golpeando sus escudos con bastones, seis hombres entraron en la tienda uno detrás de otro y tuvieron sexo con ella. Acto seguido, dos de ellos la sujetaron por los pies y dos por las manos. La anciana colocó una cuerda en torno a su cuello, y mientras los otros dos hombres tiraban de la cuerda para estrangularla ella le clavó una daga en el costado. La esclava fue depositada junto a su amo y el «Ángel de la Muerte» y los seis hombres abandonaron el barco.
Finalmente, el varón más próximo al difunto se desnudó y caminó hacia atrás con una antorcha en la mano, con la que prendió la pira de madera sobre la que se asentaba el barco. Los asistentes tomaban un palo y lo encendían en la pira, arrojándolo de nuevo a la madera para propagar el fuego. De esta manera, todo fue reducido a cenizas''
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